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viernes, 10 de junio de 2011

Cámaras Compactas vs. DSLR

Todos los que llevamos unos años en la fotografía conocemos las grandes ventajas que aportan las cámaras DSLR, con independencia de la marca y modelo. El concepto DSLR (Digital Single Lens Reflex) proviene de las SLR "argénticas", es decir que utilizaban carrete de película de haluros de plata. El concepto ha cambiado poco, aunque la tecnología mucho. La electrónica digital y la programación han ido invadiendo estos cuerpos de cámara, que hoy en día hacen verdaderas maravillas que hace unos años eran impensables con una SLR (niveles de sensibilidad ISO excepcionalmente elevados, puntos de enfoque programables, métodos de exposición refinados, etc.) Sin embargo, el mecanismo básico de funcionamiento no ha cambiado tanto: un espejo que refleja la luz que atraviesa la lente que va a parar a nuestros ojos a través de un pentaprisma y un visor. Espejo que se levanta y deja que la luz llegue al sensor CMOS o CCD y registre la imagen. Es decir, el "viejo truco" para evitar el error de paralaje.


El error de paralaje se produce en cámaras que no disponen del sistema indicado en el esquema anterior, es decir, en aquellas cámaras -mas sencillas en su construcción- en las que la luz llega al visor directamente, sin pasar a través de la lente/espejo/pentaprisma. Este error es un efecto que se produce cuando lo que vemos por el visor de la cámara no coincide exactamente con lo que "ve" el sensor. Esto se produce de forma acusada cuando la distancia entre la cámara y el sujeto a fotografiar es muy corta.

La mayoría de cámaras compactas no utilizan el sistema SLR, son cámaras normalmente más sencillas. Pero, hay otras diferencias entre las cámaras compactas y las DSLR. Una de las principales es la posibilidad que tienen las DSLR de cambiar las lentes u objetivos. Las cámaras compactas suelen construirse con un objetivo zoom motorizado que permite variar la distancia focal en un rango amplio que cubre la mayoría de necesidades del usuario. El poder cambiar de objetivo, hace que una cámara DSLR pueda servir para fotografiar cosas a 1 cm de distancia (fotografía macro) o hacer "digiscoping" (técnica de fotografía telescópica, normalmente empleada en la observación de astros). Nada de esto es posible con una cámara compacta. Sin embargo, las compactas juegan con ventaja cuando se trata de llevarse en un viaje una cámara digital en el bolsillo, sin mayores pretensiones: su reducido peso y tamaño las hacen ideales para "llevar la cámara siempre encima". Por supuesto que hay más diferencias entre las DSLR y las compactas, pero actualmente hay una gama alta de compactas que, salvo los dos argumentos ya indicados, hacen que las diferencias con las DSLR sean cada vez menores. Una de las cosas que un fotógrafo digital aprecia mucho en las DSLR es la posibilidad de tirar fotos en formato RAW, un formato de muy baja compresión, a diferencia del JPEG, que permite aprovechar al máximo el rango dinámico de nuestro cuerpo de cámara. Gracias al RAW podemos editar la fotografía tal cual la ha captado la cámara, variando muchas cosas que en la versión JPEG ya no pueden cambiarse. Bien, un porcentaje altísimo de cámaras compactas ofrecen únicamente la versión JPEG de nuestras imágenes. Pero hay unas pocas cámaras compactas que sí son capaces de proporcionarnos los archivos RAW de nuestras fotografías, como lo hacen sus "hermanas mayores", las DSLR. Es la "Fotografía Digital de Alta Calidad", como el título del conocido libro de José María Mellado. Entre otras, destacan a día de hoy la Canon PowerShot G12 y la Nikon Coolpix 7000, dos modelos avanzados de cámaras digitales compactas que permiten disfrutar del formato RAW.

El rendimiento de estas cámaras depende en gran medida del procesador que incoporan. Este punto es muy importante y se ha cuidado mucho en las DSLR. Tanto es así que Canon dispone de modelos que cuentan con 2 procesadores, como es el caso de la 7D. En las compactas de gama alta también se ha cuidado este punto para que su comportamiento se asemeje al de una DSLR.
Como a estas alturas podemos deducir, la gran limitación de las cámaras compactas radica en el objetivo que incorporan. Aunque se trata de un rango focal muy amplio, como es el caso de la PowerShot G12 (zoom de 5 aumentos que equivale a 28-140mm) o incluso la Coolpix 7000 con su zoom de 7 aumentos, donde realmente "se quedan lejos" de un objetivo para DSLR es en la luminosidad. Y no porque un zoom equivalente para DSLR sea mucho más luminoso -los objetivos de las compactas indicadas son f/2.8-4.5 y f/2.8-5.6- sino porque no podemos cambiar este objetivo zoom por uno de focal fija muy luminoso, como por ejemplo un 50mm f/1.2 Tendremos que conformarnos con el objetivo que viene ya montado en la cámara. Según el tipo de fotografía que vayamos a hacer esto puede ser un problema o no.

Creo que cada tipo de cámara tiene una aplicación distinta y por lo tanto un segmento de mercado diferente. Si queremos llevar en el bolsillo una buena cámara siempre y no depender del teléfono móvil para esas ocasiones que se nos presentan en la calle de forma repentina, la cámara compacta es la mejor solución por su portabilidad. Pero si queremos ir equipados siempre con una cámara profesional y poder tirar de todo tipo de distancias focales y objetivos luminosos, filtros, etc. no nos queda más remedio que cargar con una maleta o mochila y llevar nuestro cuerpo de cámara, objetivos, filtros, disparador, trípode y demás accesorios necesarios para el tipo de fotografía que vayamos a hacer.





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