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sábado, 29 de septiembre de 2012

Comparativa práctica de cámaras EOS de Canon


Canon EOS 5D Clásica, 7D y 1Ds Mark III




Como dice el título de este post, pretendo dar una visión práctica –no exenta de cifras- de tres modelos DSLR de Canon que en su momento han sido hitos en el portfolio de cámaras digitales: 5D “clásica” (sensor Full Frame  12,8 Mpixels de resolución), 1Ds Mark III (sensor Full Frame  21,1 Mpixels de resolución) y 7D (sensor APS-C   18 Mpixels de resolución). Como digo, estos tres modelos han sido (y aún son) emblemáticos en la gama de cámaras DSLR de Canon. Cronológicamente, la 5D clásica es la más antigua, su lanzamiento al mercado se produjo en el 3er trimestre de 2005 y cuenta con un procesador Digic II. La 1Ds Mark III –de gama profesional- salió al mercado el 4º trimestre de 2007 con dos procesadores Digic III. La 7D apareció durante el 3er trimestre de 2009 con dos procesadores Digic IV. Con estos datos podemos situar cada cámara en su tiempo. Aunque parezca difícil de aceptar, diferencias de uno, dos o tres años puede significar un salto tecnológico importante en cuanto a potencia de procesamiento y calidad de los sensores CMOS que montan estas cámaras.




Como ya he comentado en algún otro post, creo que la característica más importante de una cámara es su rango dinámico, o como dicen otros, la latitud del sensor; es decir la capacidad que tiene una cámara de discernir las distintas zonas más o menos iluminadas de una escena. Este parámetro se puede medir en pasos F (F stops), también llamados intervalos EV. Entre estas tres cámaras, la 1Ds Mark III de gama profesional es la que ofrece un mayor rango dinámico con un valor de 12 pasos F. Le sigue la más reciente 7D con 11,7 pasos F y finalmente la vieja 5D con 11,1 pasos F. No son grandes diferencias a primera vista, pero en ciertas escenas críticas sí puede considerarse relevante.
Otro parámetro importante es lo que se denomina profundidad del color, es decir la gama de colores que el sensor de la cámara y su electrónica asociada son capaces de representar.  Aquí nuevamente la 1Ds Mark III destaca con sus 24 bits de profundidad de color, seguida por la 5D con 22,9 bits y la 7D con 22 bits. Esta aparentemente pequeña diferencia en realidad es una gran diferencia si interpretamos estos valores:  la 1Ds Mark III puede discernir entre (2)24 colores, es decir 16,777,216 colores. La 5D entre (2)22,9 colores, o sea 7,826,848 colores y la 7D (2)22  colores, o sea 4,194,304 colores.  Sobra decir que si no disponemos de un buen monitor para ver el resultado final de las imágenes captadas por la DSLR, no observaremos diferencia alguna entre las 3 cámaras.




Algo común a la 5D y la 1Ds Mark III es su sensor full frame (36 x 24 mm) frente al sensor APS-C (22,3 x 14,9 mm) de la 7D (gama “Prosumer”). Sin embargo la 7D dispone de 18 Megapixels en un sensor APS-C (más pequeño que el sensor Full Frame) frente a los 12,8 de la 5D. Esto se explica por la diferencia de tamaño de los “photosites”, es decir los micro-sensores que conforman el sensor CMOS. Pero lo más importante a tener en cuenta es el efecto que tiene en la distancia focal del objetivo que coloquemos en la cámara. Los que venimos del mundo argéntico, es decir de las antiguas cámaras de película de 35 mm con haluros de plata (de ahí lo de argéntico) estamos acostumbrados a unos ángulos de visión determinados cuando colocamos un objetivo de 35 mm, 50 mm, 85 mm, etc. Sucede que al haber distintos tamaños de sensores CMOS y CCD en el mercado, no todas las cámaras digitales mantienen estas correspondencias. Aquellas cámaras que equipen sensores más pequeños que 35 mm (full-frame), producirán un efecto de “recorte” de la imagen. Esto se produce porque la imagen proyectada por la lente sobre el sensor es más grande que este. Algunos de los sensores más pequeños que FF se denominan APS-C, APS-H y otros. Por ejemplo, un sensor APS-C como el que monta la EOS 7D mide 22.3 × 14.9 mm. Un sensor APS-H como el de la EOS 1D Mark IV mide 27.9 × 18.6 mm, mientras que un sensor FF como el de la EOS 5D y la EOS 1Ds Mark III mide 36 x 24 mm. Por este motivo, si el objetivo que montamos en una cámara full frame lo llevásemos a una cámara APS-C, la imagen proyectada –pensada para cubrir un sensor full frame de 36 x 24 mm- se proyectaría sobre un sensor que no llega a tener estas dimensiones y por lo tanto perderíamos todo lo que se proyecte más allá de 22.3 × 14.9 mm. Por ello se suele decir que el sensor APS-C tiene un factor de “multiplicación” de 1,6 (y el APS-H de 1,3). Hay que tener cuidado con este concepto, ya que más que una multiplicación, se trata de un recorte, pues estamos perdiendo parte de la imagen proyectada por la lente. Con fines prácticos, un objetivo con una focal de 50 mm se convierte en un 80 mm (1,6 x 50 mm) cuando se instala en una cámara APS-C (como la 7D), pero hay que ser conscientes de que en realidad estamos perdiendo una parte de la información de la escena alrededor del sensor.  Esto puede ser bueno o malo, todo depende del uso que demos a nuestra cámara. Si se trata de fotografiar animales (lejanos) o deportes, puede ser bueno utilizar una cámara como la 7D, ya que un objetivo de 400 mm se convertirá en 640 mm. Pero puede ser malo si nos dedicamos más a retrato o fotografía de paisajes, donde necesitamos una cierta amplitud de ángulo de visión.



Más diferencias entre estas cámaras: tanto la 7D como la 5D ofrecen como accesorios los conocidos “grips” o empuñaduras. En el caso de la 7D y la 5D estas empuñaduras permiten instalar 2 baterías Canon, duplicando de esta forma la cantidad de fotografías que puede hacerse con la batería original. Pero también incluyen un adaptador para 6 pilas AA como recurso de emergencia en caso de agotarse las baterías de la empuñadura y no tener el cargador a mano.  El cuerpo de la 1Ds Mark III ya incluye empuñadura y no puede quitarse. En su interior se aloja una batería de grandes dimensiones cuya carga equivale a las 2 pequeñas baterías de la 7D o 5D aproximadamente.





Podríamos continuar enumerando muchas otras diferencias entre estas cámaras, como por ejemplo el tamaño y factor de multiplicación del visor (ocular), la localización y uso de los botones, los distintos menús y sus opciones, las dimensiones, el peso, etc. Pero más que un trabajo exhaustivo de diferenciación, lo que pretendía con este post es destacar las diferencias principales desde un punto de vista práctico. Y para ello lo mejor es disparar con estas 3 cámaras y analizar los resultados. En situaciones “normales” con buena luz natural y sin grandes dificultades de enfoque debido a contraluces fuertes o  escenas poco contrastadas, las 3 cámaras ofrecen unos resultados excelentes. Donde podemos apreciar las diferencia es cuando se trata de escenas poco iluminadas, o escenas complejas con sujetos en rápido movimiento o con sujetos que pasan por delante del sujeto a fotografiar, etc. En estos casos tendremos que hacer uso de las funciones personalizadas (C. Fn) para realizar el ajuste fino de ciertos parámetros como el tiempo de velocidad del AF (enfoque automático), indicarle a la cámara qué hacer cuando pierde el enfoque de un sujeto en rápido movimiento que de pronto abandona el encuadre, etc. Obviamente no es lo mismo hacer fotos con un teleobjetivo zoom, como puede ser un 100-400mm que con un teleobjetivo fijo de 400mm: si por ejemplo estamos siguiendo un ave en vuelo y ésta de pronto realiza un movimiento brusco cambiando de rumbo, podemos “echar para atrás” el teleobjetivo zoom 100-400,  volver a encuadrar el ave, pulsar el botón de disparo hasta la mitad para retomar el enfoque y ampliar la focal hasta los 400mm para “acercar” el ave o aumentar el tamaño de la imagen. Pero si estamos utilizando un teleobjetivo fijo de 400mm esto no es posible y tendremos que “buscar” el ave a base de mover el objetivo de un lado hacia otro. Por este motivo, es muy importante que el plano de enfoque al menos no varíe durante este proceso, ya que si el sistema AF sigue buscando el punto de enfoque con el cielo de fondo, la cámara se desenfocará totalmente y será prácticamente imposible que veamos el ave nuevamente, incluso si atinamos a localizarla por el visor de la cámara debido al desenfoque del objetivo.

Así, la 1Ds dispone de un mayor número de funciones personalizadas porque está dirigida a un segmento de mercado mucho más exigente, como es el segmento profesional. El diseño del cuerpo y sus funciones están pensados en el reportero gráfico, el fotógrafo comercial, es decir, el profesional que vive de la fotografía y necesita una herramienta robusta y completa para llevar a cabo su trabajo. Pero también está pensada en el aficionado avanzado que se aprovecha de todas esas características que la distinguen de otros modelos. El hecho de que su sistema de obturación esté preparado para resistir 300.000 disparos frente a los 150.000 de la 7D habla de la solidez física de este cuerpo, lo mismo que su hermeticidad y resistencia al agua y al polvo –en esto la 7D sí está dotada del mismo nivel de protección.

Ya para terminar, hay un aspecto muy importante que diferencia estas cámaras –o mejor dicho, las cámaras con sensor Full Frame y aquellas que montan sensores más pequeños- se trata del ruido. El ruido electrónico se manifiesta en forma de pequeños puntitos de colores iluminados indeseados en una escena normalmente poco iluminada. Explicado de forma práctica, cuanto mayor es el tamaño del sensor menor ruido se produce. Esto responde a una sencilla ley física, y es que al ser mayor el tamaño del sensor le llega más luz a éste. En realidad también tiene que ver con el tamaño de los antes mencionados “photosites” que, al ser más grandes y estar menos apiñados en el sensor, responden mejor a las condiciones de poca iluminación. Por lo tanto, una cámara 1Ds (Full Frame) produce menos ruido que una 7D (APS-C). Sin embargo, como ya dijimos anteriormente, la tecnología avanza muy deprisa y permite el desarrollo de chipsets cada vez más avanzados, cuya potencia de procesamiento permite corregir ciertas deficiencias inherentes al tamaño del sensor y número de photosites. Por ello el nivel ISO de una 7D es superior al de una 1Ds, lo que parecería contradictorio a primera vista. En la práctica, una 1Ds configurada en su máximo rango ISO (3200) produce fotos con menos ruido que una 7D configurada con el mismo nivel ISO; pero la diferencia es más bien sutil.

Espero que este análisis sea útil a quienes se mueven en el mundo de las cámaras Canon y ayude a clarificar conceptos.